LOS ORÍGENES DE LA PARROQUIA


La Parroquia de San Bartolomé el Real de la Ciudad de Almagro tiene sus orígenes en el siglo XIV y su primera ubicación la tuvo en un templo gótico que se situaba en lo que hoy en día son los jardines de la Plaza Mayor. Este primitivo enclave fue sustituido por el actual a raíz del terremoto de Lisboa de 1755, el cual provocó que varias de las bóvedas de la iglesia se vinieran abajo y por ello se trasladara la feligresía a la Iglesia de la Compañía. Esta iglesia de los jesuitas fue fundada por licencia de Felipe III en 1602 y financiada por los fondos de los fieles, especialmente de la familia de los Mera. Las obras, que comenzaron en 1625, se prolongarían durante decenios. Los jesuitas se encargaron de ella y en 1777, fecha de la expulsión de los jesuitas, el Colegio todavía no se había terminado. Esta dilación determina la mezcla del proyecto inicial con fuertes connotaciones clasicistas expresadas en el primer cuerpo de la portada de la Iglesia y el Colegio, con la transformación barroca que propicia el segundo arquitecto Tomás Núñez de la Barrera. De planta jesuítica, siguiendo el procedimiento de la Compañía al construir sus iglesias a semejanza del Jesú de Roma, la parroquia tiene planta de cruz latina cubierta por bóbeda de cañón, con capillas laterales, sobre la que se sustentan las tribunas con balcones, todo ello ornamentado con yeserías barrocas. En la guerra civil de 1936 el templo sufrió la destrucción de todos sus retablos interiores, perdiéndose con ello una riquísima colección de obras de arte.